Hace unos meses os hablé del zero waste: qué era, porqué me estaba uniendo a esa corriente y unos cuantos consejos para empezar.
He aprendido (y fallado) mucho desde aquel post y ahora os traigo nuevos truquillos y una entrevista muy especial. ¿Empezamos?
Hoy hablo con Sonia, la dueña de la primera tienda zero waste de Sevilla, que se ha plantado en el corazón de la calle Feria para traernos miles de alternativas a los productos que solemos usar en nuestro día a día y que están causando un grave problema en el medio ambiente.
¿Cómo surgió la idea de crear una tienda así?
Después de estudiar Ciencias Ambientales, haber estado viviendo en el extranjero (donde esta mentalidad está bastante más extendida) y conocer el proyecto de Lauren Singer, llegó un día en el que me cansé de tener que pedir por internet todos esos productos que me gustaban y decidí venderlos yo misma.
Al principio me daba un poco de miedo porque esto no es Madrid ni Barcelona, pero es Sevilla, así que ¿por qué no? ¿Es que no hay gente concienciada y preocupada en Sevilla también?
Hablando de los sevillanos, ¿cómo ha sido la acogida de la tienda?
Genial. Casi todo el que entra sale diciéndome que la idea es muy buena, que mucha suerte y que ojalá salga bien, que quiere seguir investigando sobre el tema o que va a volver con una amiga, con el novio, con su madre... Quieras que no, si eres un poco constante acabas haciendo mella en los de tu alrededor y les ayudas a que cambien el chip. Después de escucharte pueden empezar a no pedir la bolsa en el supermercado y acabar cambiando poco a poco sus hábitos.
Desde luego: a mi me alegra saber que tengo tan cerca una tienda así, ya que lo tenía que pedir todo online
Además que estando cerca la gente puede venir a proponerme traer ciertos productos, cosas en las que yo no haya pensado o distintas opciones, y luego ver si son factibles o no.
¿Te pones tú en contacto con los artesanos y empresas que venden estos productos o son ellos los que te llaman a ti?
Un poco de todo: yo ya conocía pequeñas empresas de amigas que realizaban compresas, discos de algodón reutilizables... y les propuse que vendiesen sus productos en la tienda, para reforzar esa idea de artesanía y kilómetro 0. Ahora algunas empresas se ponen en contacto conmigo directamente y hasta artesanos que se pasan por la tienda suelen interesarse por el proyecto y quieren colaborar.
Por supuesto intento que todas esas empresas tengan algo que ver con la tienda, que no se diluya la idea principal. He tenido que ceder un poco e incorporar algunos productos que sí tienen plástico (aunque sea libre de tóxicos y reciclables) aún diciendo que no quería venderlos, pero al menos no son plásticos desechables.
Luchar contra el plástico es complicado pero no imposible.
Luchar contra el plástico es complicado pero no imposible.
¿Has pensado en incorporar maquillaje libre de envases en el futuro?
Es complicado, aunque ya se empiezan a ver algunas cosillas. Ningún proveedor tiene un catálogo completo perfecto, y como intentes ya que sea vegano... Estoy intentando traer desodorante y protección solar, que son dos productos que me interesan mucho, pero o llevan envases de plástico, o son tarros de cristal pero con tapas de plástico... está difícil.
Aún así, me he puesto en contacto con una empresa inglesa que los comercializa en pequeñas latas metálicas y estoy a la espera de su respuesta para ver si consigo venderlos en la tienda.
¿Qué producto ha tenido mejor acogida?
¡Pues no sabría decirte! Te diría que las pajitas se han vendido muy bien: se las llevan los padres para sus hijos, y ellos las aceptan genial. Las botellas de agua también son muy vistosas y los champús sólidos han causado mucha sorpresa, vuelven a decirme que les funciona y que no se lo esperaban.
Lo que más me ha sorprendido es la aceptación que han tenido las compresas de tela: quien no se anima con ellas al menos prueba con las compostables, así que genial.
¿Y el que ha provocado más reticencias?
Llevo poco tiempo, así que aún es pronto para decir algo en concreto, pero te diría que los pañales. Las telas enceradas y las cuchillas gustan mucho pero al ser más caras cuesta más que la gente se atreva a probarlas. Igual pasa con las cápsulas de café: son más caras que las convencionales, pero son rellenables o compostables y en un par de meses las tienes amortizadas.
¿Tienes alguna novedad que quede por llegar que puedas adelantarnos en primicia?
Pues acaban de llegar los jarrillos de lata, que llevábamos bastante tiempo esperando, y las bolsas tote de tela en colaboración con proyectos benéficos. Tengo ya unas pendientes con los chicos de Educo, para el proyecto Becas Ella, que lucha por mantener escolarizadas a las niñas de más de 12 años en los países más desfavorecidos para evitar que las saquen del colegio y las casen tan jóvenes. Tengo también otras previstas con los chicos de Hombre y Territorio, con una asociación de preservación del murciélago y con otra que lucha contra los insecticidas y el control de plagas indiscriminados.
Y también estoy trabajando en la creación de la tienda online: no todo el mundo puede venir a la tienda y estoy estudiando el radio de envío, aunque seguramente incluya península y las islas, Portugal y Francia. Tampoco me quiero extender más porque se perdería el concepto de cercanía.
¿Qué consejos le darías a alguien que quiere empezar a ser zero waste?
Lo primero, que no vaya a hacer la compra a una gran superficie, sino que vaya al mercado. Y que se prepare para pelear con los tenderos, porque les cuesta ver que no quieres esas bandejas de plástico donde te colocan la comida, o los de los supermercados cuando llevas tus propias bolsas de tela para comprar.
Reconozco que es un peñazo ir a comprar porque tienes que llevar una mochila con tus bolsas, tus tarros... pero una vez que te conciencias, no pesa. Ponemos la excusa de la falta de tiempo, pero lo que hay que hacer es parar un poco y dedicarle tiempo a lo que importa. Tampoco vale lo de que sale más caro: comprando a granel compras justo lo que necesitas, por lo que nada se echa a perder y ahorras dinero.
También hay que aprender a decir no: no a los vasos desechables, a las botellas y bolsas de plástico, a las cañitas en los bares... y perder la vergüenza.
Algunas de las marcas que podéis encontrar en la tienda son las copas y compresas biodegradables de NUR, las compresas de tela de Isabelle Pradas y de Tres Amapolas, los algodones faciales y estuches para cubiertos/brochas/lápices de Un conejo en el bolsillo, las pizarras enrollables de Krisstelas, los jabones, lociones, champús y demás de Las manitas de Lola, las cápsulas de café rellenables de WayCap, el jabón líquido a granel de Jabones Olimpia, los cepillos de dientes de Naturbrush... los demás productos y sus precios podéis consultarlos en su página web.
No es necesario gastar un dineral para ser zero waste, sólo hacer una pequeña inversión al principio si no dispones de algunos utensilios. Lo ideal sería que reutilizaras todo lo que ya tienes para evitar comprar nada nuevo, pero por si acaso, ¿qué necesitas para empezar?
1> Empieza con un par de bolsas de tela, tarros con tapa y saquitos de tejido (puedes usar camisetas viejas, como hago yo) para comprar a granel los productos que sean posibles: frutas, legumbres, verduras, cereales, jabones... Visita más el mercado, haz un poco de investigación por las tiendas de tu barrio, busca las fechas de las ferias ecológicas locales... Lo que sea para evitar todos esos envoltorios superfluos.
2> Usa cepillos de dientes de bambú y busca pastas dentales que vengan en frascos de cristal ¡o fabrica la tuya propia! Aquí tienes una receta casera. Si el bambú te da un poco de cosa, también existen cepillos de dientes donde lo único que cambias es el cabezal.
3> Hazte con una taza (ya sea de aluminio, cristal o plástico reciclable) y una botella para el agua que puedas lavar y volver a usar sin riesgo. Llévalas siempre contigo y pide en los bares y cafeterías que las usen en lugar de los vasos desechables. Si algún día por un casual no la llevas encima y el vaso que te dan es de cartón, pídeles que no te den la tapadera (que suele ser de plástico)
¡Un termo para llevar el agua fresca o una sopa calentita también es muy útil! Lo mismo que con las fiambreras, búscalas de cristal o de metal. Y si te haces con un juego de cubiertos plegables de acero inoxidable ya tienes matrícula de honor.
4> Pásate a la copa mentrual. Ahorrarás dinero y eliminarás desechos. Si aún te cuesta hacerte a la idea prueba las compresas de tela o las compresas compostables.
5> Hazte con unas pajitas de metal/cristal/bambú. Son muy higiénicas, no necesitas estar comprándolas cada dos por tres y puedes llevarlas contigo a cualquier parte. Recuerda pedirle a los camareros de los bares que no te las pongan en tu bebida.
6> Di adiós a las cuchillas desechables y busca una de metal a la que puedas ir cambiando sólo la hoja, como las que usaban nuestros abuelos.
7> Los metros interminables de papel film se acabaron: con el papel encerado puedes conservar perfectamente tus alimentos. Una vez usados se friegan ¡y vuelta a empezar!
8> Usa jabones y champú sólidos. Estos están hechos a mano, no tienen ingredientes agresivos y además no traen envoltorio alguno.
Si queréis pasaros a echar un vistazo la tenéis en calle Feria, 140 o por su web
Muy interesante la entrevista y el reportaje :) Me alegro que este tipo de iniciativas también surjan en Sevilla, así que espero que dure mucho tiempo, y poco a poco esto no sea una tendencia sino una realidad, porque planeta sólo tenemos uno y hay que cuidarlo.
ResponderEliminar~HappyWoman~