Más allá del LBD

No hay mejor forma de estrenar mes que resolviendo la duda de otra lectora. En esta ocasión, sobre moda. Ella nos planteaba esta pregunta: ¿Existe vida más allá del LBD (little black dress)?


Este término fue acuñado por Coco Chanel allá por los alocados años 20 como el compañero inseparable de cualquier mujer. Sus premisas son sencillas: de corte simple, por encima de la rodilla y que siente como un guante.
Pero desde hace unos años el espectro se ha abierto, y aunque el negro jamás perderá su podium de honor, hoy en día se puede amortizar un vestido de color fuerte sin miedo a repetirnos. Echemos un vistazo.


Vestido Amarillo/Mostaza


Juvenil, refrescante y divertido, es de las mejores opciones para animarte sea el día que sea. Su mejor acompañante es el negro, tanto en complementos como en zapatos o chaquetas. Los adornos en fucsia, turquesa... se los dejamos para las más jóvenes. En tema de joyas, sigue la gama y elige piezas en oro.


Vestido Azul


En toda su gama es una apuesta segura y elegante. Los marino déjalos para el día a día; los eléctricos, para ir de fiesta, y los celestes resérvalos para ocasiones de un poco más de etiqueta. Los primeros combinan con todo, por lo que son todoterreno; los segundos piden a gritos complementos metalizados y con brillo, y los últimos combinan perfectamente con el blanco.


Vestido Blanco


Poco a poco se ha ganado sus propias siglas: LWD ya es sinónimo de acierto. Y como el negro, el abanico de posibles combinaciones cromáticas es amplísimo. Con su opuesto el contraste es perfecto, pero con tonos nude, fucsia o dorados el resultado es elegante y muy chic.


Vestido con Brillo


Los brillos siempre se han reservado para la noche, e incluso eran exclusivos de festividades como fin de año o navidad. Pero elegido con buen gusto (no hace falta parecer una bola de discoteca) el toque glitter puede ser una buena opción para un evento de tarde. Eso si; sea cual sea la hora del día, el vestido debe ser el máximo de todo tu look, asi que no importa de qué color lleves las pailettes: complementos y zapato negros siempre.


Vestido Metalizado


Más discreto que las lentejuelas, los tejidos metalizados van ganando adeptas a medida que vemos más opciones versátiles y ponibles para el día a día. Para acompañar, elige tonos nude, negro y sin resultar redundante, más metal.


Vestido Naranja


El pasado invierno se comió las pasarelas junto al camel. Y no está dispuesto a irse. Por su intensidad parece complicado de combinar, pero el oro y el negro nunca le fallan. Y aunque sorprenda, el nude le va de miedo.


Vestido Nude


El empolvado maquillaje tan sumamente femenino es otro de los básicos. Lo ideal es llevar el total look: vestido y complementos en la misma gama. Pero si prefieres darle vitalidad, recurre al dorado, al rojo y al negro para restarle delicadeza.


Vestido Rosa


Lo mismo da fucsia, chicle, bebé o maquillaje: el vestido rosa se abre camino entre los clásicos para meterse en el armario de todas nosotras. Y es que es tal la cantidad de combinaciones que ofrece que lo raro es no tener uno. Negro, blanco, nude, azul, verde... juega a mezclar sin miedo. ¿El plus? Si no tienes miedo de arriesgar, usas complementos en tonos flúor. Triunfarás.


Vestido Verde


Siempre se ha dicho que "Quien con verde se atreve, por guapa se tiene". Y es que no todos los tonos de verde favorecen. El único que admite más posibilidades es el verde botella o esmeralda, que sienta bien tanto a rubias como a morenas (y no digamos ya a pelirrojas). Sus mejores amigos son el oro y la plata.


¡Espero haberte ayudado y que te animes a invertir en un vestido de color! ¿Y vosotras, os atrevéis o preferís ir a lo básico? ¡No dudéis en comentar!