Madre no hay más que una y la de Pedro Béjar inspira su última colección. En concreto una fotografía en B&N de hace 40 años.
El traje de gitana ha evolucionado mucho en los últimos años pero de vez en cuando viene bien volver a las raíces.
Eso mismo hace Béjar con sus patrones: tomando como referencia los cortes de los años setenta y ochenta reinventa la flamenca actual aportando un toque vintage.
Los lunares se llevan la palma: hasta en 3 tamaños distintos los estampa en sus tejidos.
Siluetas ajustadas al cuerpo que dejan echar el vuelo a las faldas a partir de la cintura.
Los volantes se combinan en distintos tamaños aportando volumen y movimiento a las faldas.
Rachas anchas en rojo y blanco para llevar el arte por bandera.
(Fotografías de Como Dior Manda)
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